Mis Glucosas Imperfectas, un hashtag.

Esta vez intento despojarme de mi rol de Educadora en Diabetes y licenciada en Psicología. No siempre lo logro pero esta vez vaya que funcionó.

El Día Mundial de la Diabetes trae tanta información al mismo tiempo que me es muchas veces muy difícil evitar sentirme abrumada. Pareciera que es el día en el que aquellos que fueron ajenos a la diabetes, de cualquiera de sus tipos durante todo 2020 hubieran decidido voltear a ver lo que pasa en el planeta diabetes el 14 de noviembre.

Y nadie me mal entienda, no me quejo, me gusta que al menos, una vez en 365 días esto suceda.

Noviembre además nos motiva a compartir en redes sociales y, debo ser honesta, siempre intento serlo, cada vez hay más presión en las mismas redes sociales por alcanzar niveles y estatus perfectos. Claro, no solo pasa en diabetes, pasa en la paternidad donde las mamás comparten las boletas perfectas de los chicos, pasa en el matrimonio donde hay parejas que pareciera que luego de 15 años juntos siguen de luna de miel, pasa con el ejercicio donde todos muestran la velocidad y distancia que recorrieron pfff, es tan competitivo.

Pero, en diabetes pasa algo más. Buscamos ser perfectos, tener líneas absolutamente planas de glucosa y claro, ahora que algunos tenemos acceso a herramientas que nos dejan ver la película completa es difícil no sentirse nervioso al ver cómo sube, y baja, y vuelve a subir y vuelve a bajar.

Y entonces cuando tenemos un día tremendamente plano compartimos en las redes sociales con mensajes como “sí pude, qué feliz, quién dijo que no se puede” que reflejan que nos sentimos exitosos, que somos grandiosos, que alcanzamos la meta.

Pero, entonces quien no tuvo un día tan plano puede sentirse abrumado, y pensar que no es lo suficientemente capaz como para alcanzar esa "perfección”.

Yo francamente pensé que solo me pasaba a mi en noviembre. Pero parte de la magia de los eventos donde nos damos cita muchas personas que compartimos experiencia me llevó a sentarme virtualmente en un círculo de amigos (Lucy Amato, Flo Sosa, Ana Borthwick, Eugenia Araiza, Debora Escarate y Valeria Villaroel ) donde platicamos sobre el efecto en nosotros de esta normalidad y la persecución de esta raya plana.

Fue así que decidimos algunos porqué no, compartir también la realidad, lo que implica vivir, tomar decisiones, equivocarse, aprender, volver a intentarlo, emocionarse, entristecerse, vaya: vivir además y con diabetes.

Hoy voy a compartir #misglucosasimperfectas porque no pretendo seguir intentando ser perfecta, porque no lo soy, y tampoco lo son mis glucosas.

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