Feliz díaversario para mi.

Hace mucho tiempo que no pasaba por este espacio. Yo no se si es que la vida de pronto avanza más rápido o hay tanto caos que así es como se percibe. Siempre he pensado en este espacio como un lugar seguro donde he podido compartir ya por muchos años sobre mi vida con diabetes esperando que otros encuentren respuestas a preguntas que no han sido respondidas. Algunas veces sí ha sucedido así, otras veces quizá no haya sido así.

La vida adulta, con o sin diabetes de pronto parece complicadísima y me río cada vez que recuerdo cuántas veces pensé “ya quiero tener 18" ja, ja.

Este año he preguntado más de una vez “cuántos años tengo?” y me acuerdo de amigos más grandes que de pronto han confesado que se les olvida cuántos van a cumplir. Esa soy yo ahora. También me ha costado trabajo contar los años que llevo con diabetes.

Cuando era niña pensé que no viviría muchos años. El diagnóstico de la diabetes tipo 1 en un país como el mío no siempre tenía un buen pronóstico. En mi primer campamento conocía a una adolescente con complicaciones serias de diabetes. Yo era una niña pero, hablar sobre complicaciones abrió mis ojos y me generó mucho miedo. Hablar sobre complicaciones en la actualidad me sigue generando tristeza particularmente porque he vivido muchos años ya con diabetes tipo 1 y estas muchas veces son inevitables (o así parece).

En el pasado no se dejaba de enfatizar que “si no te cuidas bien desarrollarás complicaciones” como si eso fuera a ser culpa nuestra y como si la glucosa en sangre era algo que podía controlarse por completo. Pero, este no es el tema de este post aunque sin duda pronto habrá uno al respecto.

Mi diaversario es en algún momento entre hoy y mañana. Pocas veces se ha hablado en mi casa, y honestamente no he buscado demasiadas oportunidades para hablar detalladamente sobre mi diagnóstico.

Para mi, a estas alturas de la vida no existe una vida sin diabetes. Tengo pocos recuerdos ya de mi vida antes de ella pero ahora que visito casa de mis padres he podido encontrar mis primeros diarios y puedo ver el impacto que mi diagnóstico tuvo en mi salud emocional y la de mis seres queridos en aquél entonces. Si tan solo hubiéramos recibido educación en diabetes y más ayuda desde el inicio la historia quizá habría sido distinta al menos en sus inicios.

Hoy, en mi diaversario no puedo dejar de agradecer a todos los que han sido pilares de apoyo, a mis papás, a mi hermano, a mi esposo, a mi hijo y también a la comunidad y particularmente a los asistentes de OneCamp. Gracias por tenerme paciencia y por recordarme que no estoy sola, que somos varios, que somos fuertes, que somos valientes y que aunque no pedimos ni nos inscribimos a la batalla parecemos muchas veces guerreros.

De pronto la vida se complica y desaparezco pero, luego me acuerdo por qué empecé a escribir.

Gracias a todos los que dijeron que no podría ir a la escuela, si fui, estoy estudiando un doctorado. Gracias a los otros que dijeron que no podría ser mamá, sí soy, mi hijo es hermoso y tiene 16 años. Gracias a mis primos por haber participado en mis piñatas sin dulces. Gracias a ti por leer y por acompañarme desde hace tantos años. Gracias vida y gracias diabetes por hacerme quien soy.


Anterior
Anterior

Actualización de Guías Clínicas de la Asociación Americana de Diabetes

Siguiente
Siguiente

Adhesivos y nuestros dispositivos