Dulce o truco, yo prefiero el truco.

Si hay una época en la que hay más dulces en esta casa es la última semana de octubre. Sí, seguramente ustedes que leen me entenderán. Aunque Halloween es una tradición del país vecino del norte aquí en México, especialmente en la Ciudad también celebramos en grande. Cuando yo era niña, los únicos caramelos o dulces sin azúcar existentes eran chicles. Yo no era particularmente fan de los dulces y nunca lo he sido y además en aquél entonces las insulinas que usábamos no me permitían disfrutar ni de un solo caramelito delicioso. No, no sufrí en lo más mínimo. Entendí muy joven que pues era mejor mantenerme lejos de los dulces y en mi casa se hacían otros malabares para que yo no me entristeciera. A mi siempre me ha parecido muy extraño que los niños se entristezcan por no poder comer dulces cuando ni los adultos deberían estar comiéndolos pero es mi muy peculiar forma de ser y la forma en la que fui educada.

Eso sí, jamás dejé de disfrazarme o de salir tocando de puerta en puerta ¡dulce o truco! Para mí eso era mucho más divertido que comer dulces.

Pero, bien dice el grito ¿dulce? o mejor ¿truco? Si bien hoy sabemos que los dulces NO tienen porqué estar prohibidos. En realidad nada debería estar prohibido, deberíamos ser capaces de elegir no comer dulces con o sin diabetes porque es lo correcto. Hoy como papás sabemos que fomentar una alimentación saludable a nuestros hijos con o sin diabetes es parte de nuestras responsabilidades. Sabemos hoy que el consumo desmedido de comida poco saludable no trabajará en nuestra salud y que generará malos hábitos. Menos mal que este tipo de situaciones no se presentan todos los días.

Primero, debes saber que por elección propia hasta en Halloween me mantengo lejos de los dulces así que generalmente me las ingenio para hacer algo padrísimo. Esta vez cree mi propio juego de memoria para las personas chiquitas a las que de vez en cuando acompaño en el manejo de su diabetes. Si te gusta este recurso o lo encuentras útil por favor compártelo, ayudémonos entre nosotros.

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Además, hoy te quiero compartir algunos trucos, porque definitivamente, yo prefiero los trucos que lo dulce.

1. Creatividad primero.

Sabemos qué tipo de dulce veremos en la bolsita de nuestros hijos al finalizar la jornada escolar y nosotros optamos por que él lleve algo "diferente" y menos nocivo en términos alimentarios. Yo soy esa mamá que le mandaba estampitas a la maestra para que regalara eso y no dulces. También podemos ser esas mamás o papás o personas adultas que lleven regalos menos nocivos a los colegas y a los compañeros de clases.

Algunas ideas que he encontrado con los años en la web y que he encontrado muy simpáticas y que además han sido tremendos éxitos en los salones de mi hijo son:

  • Gelatinitas: por supuesto que en mi hogar optamos por gelatina con algún edulcorante (versiones light) pero no todos los papás de los compañeros estarían felices. Aunque tú y yo sabemos que no hay problema con que los peques las consuman de vez en cuando. De cualquier forma, algunas gelatinas tienen un contenido menor de azúcares que pueden ser geniales ideas. Compra vasitos transparentes, vierte la gelatina (naranja por ejemplo) y decora con un plumón indeleble o pega papel de color.

  • Uvitas Frankenstein: súper sencillo y te divertirás pintando los vasitos. Esta no es una solución baja en hidratos de carbono pero la mera verdad me parece menos complicado contar uvas que contar dulces o papas u otras cosas cuyo contenido de hidratos de carbono será grave y si revisamos los ingredientes y aditamentos podemos salir aún más asustados.

  • Palomitas: compra ojitos en tu papelería favorita y pégalos en vasitos de color naranja. Sé creativo, puedes inventar muchos monstruos distintos.

2. Elecciones inteligentes.

En la escuela de mi hijo este día se trata de dulces de todo tipo. Ya sabemos en casa que llegará con una bolsa muy grande de caramelos pero él ha comprendido y aceptado bien que de esa gran bolsa eligiremos algunos, otros los guardaremos para repartir y otros irán directo a mi bolsa y los podré usar en caso de una hipoglucemia.

3. Información a la mano.

Hay unos francamente deliciosos y no podremos luchar contra ellos. Asegúrate de saber su información nutrimental y de medir constantemente los niveles de glucosa en sangre. Afortunadamente, muchos han facilitado nuestra labor y han creado ya listados con mucha info

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