Como te fue en la feria
Darle gusto a todo mundo es tremendamente complejo. Igual de complejo es opinar sobre temas de dominio público (o de no dominio pues todo mundo podría considerarse experto en su propia diabetes) . Lo cierto es que aún nos falta madurez e inteligencia para reconocer la validez en la palabra de los otros, y en aceptar la diferencia en la misma. Diría el sabio dicho: cada quien habla como le va en la feria. Y si no eres mexicano con esto nos referimos a que probablemente como hables sobre ciertos temas es como te ha ido en los mismos. Si buscas en un diccionario de refranes leerás "Por lo general, hablamos de las cosas según el daño o el provecho que hemos obtenido de ellas."
Ser capaces de leer y aceptar la opinión distinta
Y en diabetes eso no es distinto, particularmente en diabetes tipo 1. Pero hay veces en las que definitivamente pareciera que no queremos leer lo que tendría que formar parte de nuestro proceso de aceptación y comprensión de una condición tan compleja como la diabetes, particularmente la diabetes Tipo 1.
El uso del lenguaje y yo tenemos historia. Primero porque la primera licenciatura que estudié fue una donde la pragmática, lingüística y semántica fueron parte de mi historial académico y segundo porque no siempre significarán lo mismo en todas nuestras historias y la narrativa particular de mi vida me dicta contrario.
A mi no me molesta la palabra diabético. De hecho, crecí utilizándola para autonombrarme, solo en caso necesario pues no fue sino hasta la edad adulta que la utilicé como parte de mi currículum vitae o carta de presentación y eso solo porque mi historia personal lo necesitaba. Soy educadora en diabetes. Soy Psicóloga y tengo experiencia en el manejo de la diabetes tipo 1 porque también soy diabética. No, no me define, soy muchas otras cosas soy mamá de un adolescente, soy estudiante, soy a veces ama de casa, soy bajita de estatura y soy muy, pero muy testaruda.
No, para mi, ese vocablo no tiene una connotación negativa. Quizá en parte porque crecí en un entorno donde no se usaría jamás para hacerme daño sino en situaciones donde ameritaba hacer mención de mi condición de vida. No, no ha tenido un impacto negativo en mis actos ni acciones.
La narrativa, una joya
Sin embargo, años más tarde estudié sobre narrativa y psicología y encontré una relación con la forma en la que actúan algunos ante el término y esa fue razón suficiente para que yo cambiara mi discurso escrito. Jamás leerás o me escucharás decir diabético o diabética en mi trabajo, conferencias o redes y encontrarás que utilizo persona con diabetes. Basta con que a una persona le incomode para que yo haga una modificación en mi uso de lenguaje. Soy muy respetuosa refiriéndome a los otros de forma tal de no ofender nunca. No todo mundo tiene esa delicadeza al expresar opiniones de otros temas, debo decir.
Pero, a pesar de todo me quedo pensando si no tendríamos que trabajar en todo caso en modificar la forma o cambiar la forma en la que se habla de diabetes. Para mi, y para muchos otros que alguna vez estuvieron en mi consulta, hablar sobre estilo de vida saludable, de lo que sí podemos hacer, derrumbar mitos, crear conciencia, salvar a otros ayudando a diagnósticos oportunos es a veces más importante que pelear erradicando un término.
Las historias no tan gratas
Hablando de cosas como son. Tampoco nos gusta hablar sobre complicaciones e historias tristes de diabetes. Sí, es verdad. ¡Podemos hacerlo todo si queremos! pero lo cierto es que hay historias no tan gratas que también tienen lugar en nuestro mundo de diabetes. Hay historias tristes, hay otras llenas de complicaciones que no por representar algo distinto a lo que busquemos o queramos leer tiene menos importancia. La semana pasada leí en un foro luego de la publicación de una historia con fotografías de realidades de la vida de muchos con diabetes comentarios como "Ridículo, negativo, innecesario....Dedíquense a publicar positivismo, educación para el mejor control." Tristemente no damos foro a historias no tan gratas como las propias especialmente si vivimos con diabetes.
Seamos agradecidos de lo que nos ha tocado en la feria pero estemos siempre conscientes de las distintas realidades y demos foro a ellas también. Sumemos y no restemos. Si quieres llamarte diabético hazlo, si quieres llamarte Mariana, hijo, mamá, guerrero, superhéroe, como quieras que te llamen llámate. Finalmente, cada quien hablará como le fue en la feria.