Pobre de mi
Los distintos tipos de diabetes están llenos de estigma. En los medios, en los consultorios de atención médica, en las políticas públicas y claro en la vida en general si hiciéramos un resumen. Si me preguntas a mi, que hoy dejaré de lado la función Educativa de este blog y me dedicaré a una catarsis personal. La diabetes se vive como uno quiera vivirla.
Y es que de pronto pareciera que nos gusta aveces que la voz generalizada tome el rumbo de "pobrecito". A mi ese saco no me queda en lo absoluto. Si bien es cierto, vivir con diabetes tipo 1 (y apuesto a que cualquiera de sus otros tipos también) es duro. Es más duro en un país donde aún no somos capaces de exigir lo que por ley y derecho nos corresponde: un tratamiento completo, oportuno, adecuado y digno.
Seguramente tú que lees vives con diabetes o eres padre de algún niño con diabetes. Te dejo hoy lo que pienso y lo que creo que debemos enseñar. Por supuesto, es mi opinión personal siempre lista para el debate.
La diabetes tipo 1 es
1. Enseñemos cómo es
No he dicho que sea fácil. ¡Es un trabajo eterno! Es muy cansado, es frustrante, es deprimente, es eterna. Todo eso es verdad. La vida misma, la de cualquier persona es justo todo eso. La diabetes tipo 1 es francamente un desastre. La variabilidad glucémica no es como la pintan en los libros, no se trata solo de comer lo adecuado e inyectar la dosis adecuada. Son tantos los factores involucrados que una línea plana en niveles graficados de glucosa es prácticamente imposible. Y disculparán los endos que me leen pero....ni la más grande tecnología logra líneas absolutamente planas. Es más, ni ustedes, queridos, tienen esas líneas planas.
La vida NO es una línea plana disculpen. Expresar lo que uno piensa sobre su condición de vida y eterna compañera es muy sano. Expresarlo en casa con quienes más nos aman. Expresarlo con papá y mamá. Expresarlo con otros que llevan más camino recorrido. Expresarlo y que con el hecho de ponerle adjetivos y palabras la carga sea menos pesada. ¿Expresarlo en facebook? Tengo mis dudas, pero cerca a los 40 esas dudas deben ser normales.
2. Eduquemos personas responsables
s mi responsabilidad salir con dos zapatos todos los días a la calle. ¿Por qué? Bueno, pues sabemos que salir sin zapatos podría ser peligroso, uno no sabe: una roca, un vidrio, un charco. Además no me dejarían dar consulta con sólo un zapato. Así de simple, es mi responsabilidad salir con dos zapatos.
Otra de mis responsabilidades innegables es el manejo de mi diabetes tipo 1. Por supuesto que hay días en que lo que menos me apetece es usar el medidor. Vaya, 31 años usando medidores distintos ¡estos dedos ya parecen coladeras! No, ni me duelen, si se ven feos me tiene sin cuidado pero...es innegable también: parecen coladeras. Analizándolo desde otra perspectiva. Afortunada yo que he logrado encontrar la forma de medir mis niveles de glucosa en sangre sin tener que dejar de comer. No es el caso de todos. Y es muy frustrante ver que hay gente que se queja amargamente de estas herramientas cuando NO todos tienen acceso a ellas. Mi responsabilidad es mi automanejo.
Mi responsabilidad es graficar mis resultados, analizar causas, aprender de resultados no adecuados, hacerme parte de un equipo al cuidado de mi diabetes. Es MI responsabilidad. Y quejarme de ella es como quejarme por salir con dos zapatos. Enseñemos que es una responsabilidad y que debe hacerse todo lo que se pueda por cumplir.
Te preguntarás a dónde voy con todo esto. Voy hacia hacerte ver que llorar no está mal. Yo lloro. Poco, pero lloro. No, no lloro porque vivo con diabetes tipo 1. Sí, he llorado pero no, llorar no va a eliminar nada y quizá me quite tiempo y quizá me ayude a generar más estigma.
Pobre de mi no. Nunca. Pobre del que no logra aceptar su vida como es. Pobre de quien piensa en su historia alternativa como si fuera dominante. No, pobre jamás